El Pacífico mexicano se mantiene en alerta por dos fenómenos meteorológicos. El primero es el huracán Kiko, que ya alcanzó la categoría 1 en la escala de Saffir-Simpson. Sin embargo, este sistema no representa peligro directo para el país.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó que Kiko se localiza a más de dos mil kilómetros al suroeste de Cabo San Lázaro, en Baja California Sur. Se mueve hacia el oeste a una velocidad aproximada de 11 km/h, alejándose cada vez más del territorio nacional.
Los reportes más recientes indican que mantiene vientos máximos sostenidos de 120 km/h y rachas que alcanzan hasta los 140 km/h. A pesar de su fuerza, su posición lo mantiene completamente fuera de alcance para México. Por eso, no se han emitido alertas de seguridad ni recomendaciones específicas para la población.
La tranquilidad respecto a Kiko no significa que el Pacífico esté libre de amenazas. Otro sistema, la depresión tropical Doce-E, sí genera efectos directos en las costas mexicanas y obliga a extremar precauciones.
Depresión Doce-E Provoca Lluvias Y Oleaje
Mientras Kiko avanza mar adentro, la depresión tropical Doce-E se ubica mucho más cerca de las costas nacionales. Según el SMN, este fenómeno se encontraba la madrugada del martes a 305 kilómetros al oeste-suroeste de Manzanillo, Colima, y a 335 kilómetros al sur-suroeste de Cabo Corrientes, Jalisco.
Se desplaza hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 24 km/h, con vientos máximos sostenidos de 55 km/h y rachas de hasta 75 km/h. Aunque su intensidad no es comparable con la de un huracán, sus efectos ya se sienten en tierra.
Las bandas nubosas de la depresión provocan lluvias puntuales muy fuertes en estados como Jalisco, Colima y Michoacán. Además, existe riesgo de descargas eléctricas, reducción de visibilidad y oleaje elevado.
El SMN advirtió que entre el martes 2 y la mañana del miércoles 3 de septiembre se espera la mayor acumulación de lluvias. Este periodo es crítico porque puede provocar encharcamientos urbanos, deslaves en zonas montañosas e interrupciones en carreteras y servicios básicos.

Precauciones Y Recomendaciones Oficiales
La situación obliga a la población a mantenerse atenta a los avisos de Protección Civil. Aunque la depresión Doce-E no tiene la fuerza de un huracán, sí puede generar afectaciones importantes en comunidades costeras y zonas rurales.
El pronóstico incluye vientos de 30 a 40 km/h con rachas de 50 a 70 km/h, así como oleaje de hasta tres metros de altura en Colima, Michoacán y Jalisco. Estas condiciones ponen en riesgo a embarcaciones menores y a quienes habitan cerca de playas o ríos.
Por eso, las autoridades llaman a no bajar la guardia. La recomendación principal es evitar actividades acuáticas y de navegación. También se insiste en no cruzar ríos o arroyos crecidos y en mantenerse informados mediante fuentes oficiales.
Las experiencias de años anteriores han demostrado que no hace falta un huracán para causar daños graves. Tormentas tropicales o depresiones pueden provocar desastres cuando se combinan con suelos saturados y deficiencias en drenaje urbano.
En Michoacán y Colima ya se reportan brigadas de limpieza preventiva en zonas propensas a deslaves. También se habilitaron refugios temporales para comunidades vulnerables. En Jalisco, Protección Civil mantiene recorridos constantes para verificar el nivel de ríos y arroyos.
El Contexto De La Temporada De Huracanes
La temporada de huracanes en el Pacífico suele extenderse de mayo a noviembre. Septiembre es considerado uno de los meses más activos, con la formación frecuente de ciclones y tormentas tropicales.
En ese contexto, no sorprende que actualmente se vigilen varios fenómenos al mismo tiempo. Aunque Kiko no represente amenaza directa, su formación confirma la alta actividad de la temporada.
El caso de la depresión Doce-E refleja cómo incluso sistemas de menor intensidad pueden poner en jaque a comunidades enteras. Las costas de Colima, Michoacán y Jalisco son zonas recurrentemente afectadas en estas fechas.
Para la población, la lección es clara: la prevención es clave. Atender las recomendaciones de Protección Civil puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Los expertos insisten en preparar documentos importantes, contar con víveres básicos y revisar rutas de evacuación.
